En el corazón de Melilla, se encuentra un rincón culinario que destaca por su autenticidad y frescura: Marisquería La Marina. Este establecimiento no es solo un bar de tapas, sino también el epicentro gastronómico para los amantes del mejor pescado de la región.
Desde que cruzas la puerta de Marisquería La Marina, te envuelve una atmósfera acogedora y marinera que te transporta directamente a la esencia del mar. Las paredes adornadas con elementos náuticos y la brisa salina que flota en el ambiente crean un escenario perfecto para disfrutar de una experiencia gastronómica inolvidable.
El punto fuerte de Marisquería La Marina es, sin duda, su destacada selección de mariscos frescos y el pescado más exquisito de Melilla. Cada día, se seleccionan cuidadosamente los productos del mar para garantizar la calidad y la frescura en cada plato que llega a la mesa de los comensales. La variedad es la clave, desde gambas y langostinos hasta almejas y ostras, ofreciendo una experiencia de mariscos que satisface los paladares más exigentes.
Pero Marisquería La Marina no se limita solo a los productos frescos del océano. También es un referente en el mundo de las tapas, con una carta que ofrece una amplia variedad de pequeñas delicias que conquistarán tu paladar. Desde clásicos como las patatas bravas hasta creaciones más innovadoras, cada tapa es una obra maestra que refleja la pasión por la buena comida.
El equipo de Marisquería La Marina está comprometido con brindar un servicio excepcional. Los clientes son recibidos con una sonrisa cálida y un trato amable, haciendo que cada visita se sienta como un reencuentro con amigos de toda la vida.
En resumen, Marisquería La Marina no es solo un bar de tapas y mariscos; es un destino culinario que celebra la frescura del mar y la riqueza de la cocina local. Descubre la auténtica esencia del buen comer en Melilla en este acogedor rincón gastronómico que ha conquistado los corazones de locales y visitantes por igual.
100% recomendable!! Calidad inmejorable y un servicio excelente!
Sin duda la mejor relación calidad/ precio de todos los restaurantes que conozco.
Pescado siempre fresco, nada de piscifactorías, hecho en su punto.
La mejor fritura y la mejor plancha, pero, pidas lo que pidas, hasta un platito con unos tomates aliñados con ajos, lo ponen insuperables.
Le pondría un monumento a Juanito, debería ser considerado como patrimonio de Melilla.
Cuando hay, las sardinitas en adobo son una perdición.
El abadejo de locura, los chopitos en su punto…